MÚSICA PARA EL ALMA

sábado, 4 de febrero de 2012

AYER PUDE MORIR



AYER PUDE MORIR

Ayer pude morir.
Sentía, entonces,
como si mis palabras
se cruzasen alocadamente
cual barcos que han perdido
el rumbo recto del timón.

Sobre el agua ya era
casi transparente.
Y me había olvidado
de mi cuerpo.

El corazón era un pulso
uniforme de frío y tristeza.

Y quería irme tras la puerta
de mi soledad
rumbo a mi eterna melancolía

Un último poema
había aún de escribir:
toda la vida que me queda.

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