Corría el año 1975. Por aquel entonces, el franquismo perpetraba sin piedad los úlitmos cinco fusilamientos en los que segaba la vida de cinco presuntos terroristas. Ahora, en el año 2012, no parece que la cosa haya cambiado demasiado. Los grisis parecen ataviarse de azul y llamarse "policía nacional". Los hijos que ahora sí tenemos tienen que esconderse de la democracia que les brindan ciertos pe...rsonajes. La codicia y la corrupción devoran el bien a dentelladas certeras. Y es cierto que, tal vez, no se asesinan cuerpos bajo esa grandilocuente palabra de autoridad. Sin embargo, se matan voces y almas que claman por injusticias evidentes a base de porrazos sin más destino que el miedo. A veces, demasiado jóvenes. Por ello, es hora de que vuelvan a brotar aquellos ánimos ahora aletargados de libertad y justicia que parecen haberse quedado adormecidos bajo el manto del bienestar capitalista más pecuniario y baldío.
Por la primavera valenciana esta nueva entrada
SON DEMASIADO JÓVENES
Son demasiados jóvenes
para pagar la factura
del espanto en sus almas.
La voz no ha de callarse,
cuando apenas ha dicho
una primera palabra libre.
Son demasiado jóvenes
para que vean la democracia
disfrazada de sangre, violencia,
azules y grises dictaduras.
Son demasiado jóvenes, sí
para ver que el viento
solo sopla a favor
de las alas de los cóndores.
Y en aviones de sueños
solo pueden volar los caciques
que conquistan la tierra
a porrazos y pelotazos de goma.
Son demasiados jóvenes
para esperar, tal vez, que muera
al Alba su libertad tan temprana.
Fusilada por la democracia
del siglo XXI.
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