MÚSICA PARA EL ALMA

sábado, 25 de febrero de 2012

ESTOY CONMIGO TODAVÍA



ESTOY CONMIGO

Está conmigo. Ahora mismo, sé que está mirando. Se queda callado y sonríe. La otra noche aún estaba jugando a ser soldado con los Playmobil e imitaba la guerra con los tanques de plástico que su padre le había comprado en la jugutería del barrio. Todavía resuenan en su memoria los acordes frágiles y delicados de aquella dulce batalla con la inocencia de la mano. Se sienta en una esquina para escucharlos mejor. No necesita a nadie para dialogar, a veces, con su soledad.  Requiere alquilar durante unas pocas horas ese cuarto de recreo y calma en el que los relojes pierden las ganas de seguir despidiendo horas. Unas pocas horas que, a veces, duran demasiado.

Es de día ya. Toca despertarse. Me miro al espejo. Mis ojos ya han madurado bastante. Asoman las ojeras en mi rostro después de una noche loca. Ya no soy tan inocente y el vacío que queda después de las risas me llena de nostalgia pasajera. Mientras tanto, pienso en cómo seguirá aquel niño que he dejado abandonado a merced de las tijeras y los remiendos de la cordura social. Al menos, aún estoy conmigo. Y él, a veces, sigue jugando.

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