Vives en el poema.
Te alargas en las estaciones
como el polvo en los rincones
que dulcemente se posa
en las ventanas.
Y eres la corriente del viento
que empuja a la metáfora
a la belleza, a la palabra,
y al verso.
Sutil como una amapola
floreciente en primavera,
y sencilla como el paso
de otro viandante por la ciudad,
vuelas en cada recuerdo.
Suenas tierna como el rumor
de las olas al romper.
Y mientras asciendo el silencio
para tocarte
le das pulso al corazón
de estrellas de estos ojos
que quieren mirarte,
aunque no estés conmigo.
Vives en el poema.
Estás con nosotros,
mientras te quiero
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