TÚ TE DESPIDES
Tú te despides.
Pero tus ojos
siguen conmigo.
Los guardo en el desván
de mi soledad acostumbrada
donde no existe el tiempo,
ni noche que apague
esas dulces estrellas
que se prenden en tus pupilas
como sutiles lámparas
a las que aferro
mis amaneceres de papel.
Ahí no hay buzones
que despidan cartas
que nunca pude escribir,
ni escenarios que digan adiós
a películas que nunca llegué a ver.
Tú sigues rodando
en mis páginas
la escena sempiterna
de tu belleza.
Tú te despides.
Te marchas.
Pero te sigo mirando.
Tus ojos siguen conmigo.
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